Joaquim Monturiol Sanz
"Fue asesinado por su fe y su pertenencia a la Iglesia"
Joaquim Monturiol Sanz nació el 15 de marzo de 1906 en Montagut, en la comarca gerundense de la Garrotxa. Trabajaba como dependiente en la ferretería "El Submarí" y estaba casado con María Riera Codina. Tenían un niño de un año y una niña que, en el momento de la muerte de Joaquim, tenía sólo 21 días. Era un católico muy activo, que formaba parte de un buen número de obras de la iglesia en Olot: Congregación Mariana, Obra de Ejercicios, Adoración Nocturna, Conferencias de S. Vicente de Paúl, etc. Al formarse la Federación de Jóvenes Cristianos en Olot, el Grupo 75 "Sempre avant", se convirtió en uno de sus militantes más entusiastas y en presidente del grupo. Participaba en muchos actos de propaganda y apostolado.
Persecución y presunto martirio
Cuando comenzó la persecución religiosa, Joaquim no quiso huir porque decía que "no he hecho mal a nadie". Lo detuvieron en su misma tienda el día 18 de agosto de 1936, con la excusa de que tenía que ir a declarar al comité revolucionario. Su familia no volvió a verlo nunca más. Fue inmolado en una de las curvas de la carretera que parte del pueblo de Castellfollit de la Roca hacia el de Oix, en "Can Bundància". Después de torturarlo, lo tiraron a la cuneta, lo rociaron con gasolina y le prendieron fuego.
El hermano de su esposa, el P. Antonio Riera Codina, recuerda cómo fueron esos momentos: "Nos llevaron [al propio mosén Antonio y a otro sacerdote] al cuartel de artillería, un antiguo convento, donde hoy está la plaza del mercado de Gerona [era la cárcel del comité de Gerona]. Los familiares venían a vernos. Un pariente que vino a visitarme llevaba corbata negra. Le pregunté:
-¿De quién llevas luto?
-De Monturiol
-Monturiol era mi cuñado. Lo habían asesinado los primeros días de la guerra en la carretera de Castellfollit de la Roca a Oix. Lo mataron porque era el secretario de la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña de Olot" (del libro "La força de la fe" de Joan Marqués i Suriñach.).
Acabada la guerra sus restos fueron enterrados en el panteón del cementerio de Olot.
Fama
Entre los fieles de Olot goza de una gran fama por haber sido católico comprometido, pues era conocido por todos como creyente significado que formaba parte de diversas asociaciones religiosas y que, por ello, fue detenido y asesinado. Estos fieles conservan su recuerdo y verían con entusiasmo que fuera elevado a los altares, ya que creen que fue asesinado por su fe y su pertenencia a la Iglesia.