Joan Gamisans Comella i el seu pare, Josep Gamisans Torrellas
El ambiente de la familia Gamissans era verdaderamente católico, se rezaba a diario el Rosario. Se practicaban novenas y eran devotos de los primeros viernes de mes. La familia trabajaba en labores agrícolas y compraron unas tierras, pero al no poder pagarlas emigraron de Monistrol de Calders a Montcada i Reixach, donde padre e hijo acabarían siendo asesinados por odio a la Fe. No pertenecían a ningún partido político, si bien tras los hechos de octubre de 1934 Josep Gamisans fue concejal en la junta gestora y fue alcalde de Montcada. En 1932 fue presidente de una asociación catalanista de Montcada. En la casa familiar existía una capilla y el Sr. Josep Gamisans tenía una pequeña fábrica, en donde los trabajadores podían vivir (colonia) y era un hombre de conciencia religiosa y consecuentemente muy social y querido por todos. Josep Gamissans, compartía comida y ropa con quien lo necesitaba. De la cosecha de sus fincas se donaba a conventos y menesterosos. Parece ser que los pobres que se acercaban a su casa eran atendidos como uno más de la casa y comían en familia. Era devoto de la Virgen de Montserrat.
Joan Gamisans Comella heredó la piedad de la familia Nacido el 4 de agosto de 1917, en Calders, en el momento de estallar la Guerra era estudiante de Derecho. Era también presidente del grupo fejocista “Montcada”, de Montcada i Reixach y después fue su secretario.
Detención y presunto martirio
Ya antes de la persecución abierta Joan Gamisans oyó que era el primero de la lista negra y tenían intención, la familia, de esconderse en otra población. Pero los acontecimientos se precipitaron:
Testimonio de la hermana de Joan "A la 1 de la madrugada del sábado día 25 de julio del año 1936, llamaron estridentemente a la puerta de casa y nos sobresaltamos todos. Fue mi padre quien fue a abrir. Tres hombres armados y otros que esperaban afuera entraron dentro preguntando a mi padre: "¿Usted tiene un hijo de 19 años?" respondió mi padre: "Aún no los ha cumplido"; uno de los milicianos aclaró: "Éste es el presidente de los fejocistas ¿no es cierto?", "sí" contestó mi padre. –"Pues venimos por él. Ha de ir a declarar. ¿Dónde está?" la madre medio desvanecida contestó: "está durmiendo". – "Pues se ha de despertar inmediatamente", dijeron. Mi madre quedó sin habla y fue el padre quien le despertó. Mi hermano se puso la ropa encima del pijama, y de noche salieron los dos, ya que el padre dijo que donde fuera el hijo iría él".
Joan, consciente de lo que pasaba, se puso a rezar en voz alta y le cortaron aquellos desalmados la lengua, mientras que al padre, que intentó defenderle, le cortaron las manos, que aparecieron después separadas junto a su cadáver (declaración de un sobrino).
"Un compañero de estudios de mi hermano, que huía escondido en la oscuridad, los vio salir del coche, a la orilla de la Riera de Caldes, vio como se abrazaban padre e hijo, y como besaban el escapulario que llevábamos siempre todos los de la familia. Primero cayó Joan y después el padre, asesinados por los enemigos de Cristo" (Continuación del relato de su hija).
Murieron perdonando y su hija, a imitación, suya perdonó a sus asesinos.
Fama
La gente recuerda a Josep Gamissans y a su hijo (fejocista), que murieron juntos, con cariño y admiración por su fe cristiana. Después de la guerra se les tuvo por mártires, dejando huella en la población de Monistrol de Calders y eso que vivían en una masía apartada del pueblo. Pasados 80 años continúan siendo admirados por su entrega y modelo de vida cristiana. Y los fieles verían con buenos ojos que fueran elevados a los altares. Sus familiares rezan privadamente por su mediación.